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Mostrando entradas de abril, 2010

Cuando todo parece jodido es cuando hay que poner...

Separo esta entrada para aclarar que, a pesar de que reiteradamente escribo sobre mal entendidos, errores cometidos, o simples anécdotas que acaban por describir paso a paso como se jode el paseo. Nunca escribo sobre como se arreglan (desjoden) los paseos, o sobre como los peores papelones nuestros, son las mejores historias para contar a nuestros amigos. Como dice el Puma “cuanto pero, mejor. Mejor para tu historia” ahora deben estar pensando en esos momentos en su vida, los papelones, las palabras fuera de lugar, los mal entendidos que ustedes tuvieron, que, al contar a sus amigos, ellos no podían parar de reír. Entonces aclarando un poco el fin del blog, que no es pesimista, es más bien una simple hoja en blanco que espera para contar los mejores momentos (peores) del cotidiano pasar de mis días. No olviden que, “todo lo que puede salir mal, va a salir mal” o que las posibilidades de que se riegue el vino sobre la camisa, es directamente proporcional al costo de la camisa, o del col

FRAGIL

Tan puta como es la rutina, ha obviado enseñarnos a soportar lo que se encuentra fuera de ella, lo extrarutinario. Como cuando salimos "encarando al futuro, y pisamos en la acera un cagada de perro" por no decir lo extremadamente extrarutinario. Tan extremadamente extrarutinario es lo que trato de decir, que solo ocurre una vez en nuestras vidas, porque es la misma acción que consagra el fin de la misma. Tratamos de entender, queremos comprender. Rompemos nuestras cabezas, nos mareamos dando vueltas al asunto. Un perro ladra en la noche, solo oímos. Después un llamada pasada la hora de dormir de cualquier persona. No sé con certeza porque estaba despierto, no conteste, ninguna noticia a esa hora puede ser una buena noticia. La llamada insiste, y la voz recortada nada más tiene tiempo de decir -adiós-, es opacada por un retumbar de cañon. Ahora el telefono solo suena ocupado.