Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2017

Bienvenidos al Limbo

¡Qué en paz descansen quienes en vida fueron las Fiestas de Quito! Digo, no solo porque ya no existen sino porque ya se hubieran acabado dando la bienvenida a estas fechas confusas entre lo uno y lo otro. Lo uno porque ya no hay chivas, bandas o toros, y lo otro porque aun no empiezan las novenas, y sin embargo, ya están redecoradas las casas con árboles de navidad, giraldas y luces. Nacimientos, pesebres y cruces. Los chuchaquis festivos de inicio de diciembre se subrogan por reflexiones en mensajes en cadena que nos llegan en el grupo Familia en los celulares.  Aprovechen este limbo y recuperense, en poco arranca los adventos, novenas, cenas y amigos secretos. Las cuotas, el chancho solidario y los caramelos para los niños, guardando la reserva para las Viudas de fin de año. P...a que relajo. Cuando todo se haya acabado y el silencio nos permite recordad, a unos nos invade la nostalgia del abuelo que este año no cortará el pavo; a otros la alegría de tener que comprar este

Gate UIO

-¡Papi! ¡PAPI!... cooooorrre mierda que nos deja el vuelo- Le grita una alegórica madre al hijo de 7 años mientras le pega un sopapo en la nuca para que se apure. El infante va cargado entre otras, la maleta de mano, una colcha de tigre, las botellas de licor que le compraron al tío, el nuevo celular conectado a los audífonos que le van ahorcando, los regalos del dutyfree. El guambra corre. Perdón no corre, COOOORRRRE. Persigue a su mamá quien, con ese paso de señora que se atrasa al bus -es como un galope elegante de caballo chagra, no se despeina, no se agita, pero se mueve “breve breve”- avanza abriendo camino en medio de la terminal para dar finalmente con la puerta de embarque a UIO. Yo llego minutos después y evidentemente falta al menos una hora para embarcar, pero por alguna razón mis compatriotas no se sientan, las sillas están vacías en la sala de espera. Todos están de pie -aglomerados diría yo- al más puro estilo “parada del trole” frente a la puerta con sus ag

El Saman de mi Abuelo

La gente que se crió en el campo adquiere una sabiduria tan simple y tan sencilla, como es la felicidad que les da un árbol para sombrearse al mediodía. Quienes nacimos en asfaltos y veredas, no estamos en contacto con cosas tan bellas y nos toca aprenderlas de las historias que nos cuentan los viejos samanes. Historias de niños que madrugan descalzos y se apresuran al alba para remar rio abajo en balsas de madera a recoger mangos para chupar con las hermanas, a quienes inocentemente cotejaban, de la hacienda de al lado. Árboles dispensadores de manjares que trepaban para huir de tortugas o culebras. Rios, rias, esteros y canales, el agua los samanes, ceibos y guayacanes.  Dulces historias de chicas que asomaban los pies por los balcones para coquetear con los amigos de sus hermanos mayores. Coqueteos tan efectivos, que años después a la víspera de una fiesta resultó que "coincidentemente" se bajaron las llantas del coche de algún pobre italiano y por esas c

La Revisión

La voz detrás del vidrio grita -¡cuarenta y ocho!- sin esperar a que haya respuesta repite -¡CUARENTA Y OCHO TURNO CUARENTA Y OCHO CUARENTA Y OCHO CUAR...!- finalmente el pobre ciudadano logra llegar a la ventanilla -¡yo señorita, yo soy!-  -Aprobado retire el carro en la parte de abajo, el guardia le coloca el sticker-  Mierda ese momento en el que devuelven a viva voz las llaves del carro en mi cabeza se asemeja a los tribunales romanos cuando el Cesar... -¡CINCUENTA TUNRO CINCUENTA! ¡¡¡CINCUENTAAAAAAA CCCCCCIIIIIINNNNNCCCCUUUUEEEENNNNTTTTTAAA!!!- Entrando en razón grito -¡BINGO!- y el resto de ciudadanos me regresan a ver sin entretenerse de mi genial chiste. Me acerco a la ventanilla, confiado, esperando que me entregué mi sticker. -No aprobó vaya abajo el ingeniero le va a explicar qué tiene que hacer, preséntese de nuevo hasta el 12 de agosto y no tiene que pagar, ¡CINCUENTA Y UNO!- ...¿Qué? ¿No aprobó? Pero... ¿como?  Me acerco donde el ingeniero que naturalmente está identifica

Relativo a la Relatividad

Ahora que se ha puesto de moda hablar de Einstein, he podido, sin usar el método científico confirmar su teoría de la relatividad. Para explicarla él usaba siempre el mismo ejemplo:  para quien está en la banca de un parque con una chicha bonita, el tiempo se acorta en relación a quien asiste a un aula magistral  (tal vez y seguramente no es una cita textual) y éste complejísimo análisis tiene que ver con la luz y su velocidad y el espacio y el tiempo y la materia, todas estas cosas que, poco o nada tengo autoridad para analizar. Pero puedo encontrar un paralelismo, sobre todo por lo de la chica bonita.  La chicha bonita con quien me sentaba la banca del parque (metafóricamente) se encuentra ausente por ahora, y yo me quedé digamos, en un aula magistral escuchando sermones de... más bien el tiempo está transcurriendo tan lento que creo que estoy en una flagelante sabatina o una clase de Derecho Constitucional que hasta por el título aburre a mis lectores. Veo el reloj con más

Pescar a río revuelto

Llego la hora de hacer algo. No pretendo hacer pescar a río revuelto, objetivamente porque a estas alturas del partido ya no hay ni río. Pero como diría FDR "a lo único a lo qué hay que temer, es al miedo en sí". Cuando todo estaba perdido lo que nos queda es sonar la carga.  Si, hay miedo. Hemos visto actos dignos de los más respetables doctadores, sin escrúpulos, sin respeto, sin temor a las leyes. Pero es ahora o nunca. O hace eco una voz en el silencio diciendo a donde y como seguimos, o mejor vamos empacando nomas los pitos, banderas, bubucelas y de paso las camisetas de la selección. Hay, les aseguro qué hay, porque los he visto. Son líderes que además de tener ideas dignas de seguir, hacen de sus seguidores líderes para otros. Entonces reitero, aquí están mis manos, acá está mi voz y como siempre las empolvadas páginas de este blog. Para compartir, relatar y hacer saber. Ojalá en años venideros también para ser inconforme a sus liderazgos. Un consejo les dejo: si quere

Viralización Pandémica

Un virus se vuelve incurable cuando la mitad +1 se infecta. Desde mi anterior entrada a hoy he visto el virus de la unidad contagiar poco a poco a los participantes de las manifestaciones. La gente se aleja de las tarimas donde voces procelitistas contaminan el ambiente, y marchan. Entonando barras, no en contra de un candidato sino a favor de lo que están clamando, un cambio. Otra forma de hacer las cosas.   Su norte son las bengalas que iluminan épicamente los rostros y los gritos dejan de ser de alguna campaña y poco a poco se escucha el unísono #Ecuador #Ecuador #Ecuador #Ecuador.  Es contagioso, inevitable unirse. No sé si lleguemos a una "pandemia" de unidad, pero poco a poco va creciendo y poco a poco va tomando identidad. Poco a poco en otros lugares del Ecuador a la misma hora sale a gritar a favor del cambio. Estamos anunciando que ya no se trata de un voto, se trata de todos los votos, se trata de cada elección, cada ilegalidad que se ha llevado a acabo, olvídense

Eco. Rafael Correa

Ojalá llegue a los ojos de Rafael Correa Delgado, actual presidente del Ecuador. Hoy salí a las calles, al igual que miles de ecuatorianos a ejercer mi derecho constitucional de expresarme. Pero a diferencia de miles de ecuatorianos a medida que las cosas fueron avanzando, mejor dicho, escalando, me di el trabajo de ver -como se dice- los toros desde afuera.  Primero que nada y sobre todo, te perdono Rafael. Te perdono por sembrar sábado a sábado odio. Te perdono por abusar de un puesto democráticamente otorgado, con sus derechos y sus obligaciones. Te perdono por dividir al Ecuador y engular rencores y resentimientos. Te perdono por endeudar a mi generación más allá de la capacidad de pago de cualquier país y te perdono principalmente porque hoy, frente a mis ojos, ecuatorianos, amigos míos y conocidos de toda la vida empezaron a mostrar rezagos y destellos del mismo odio. Personas de mi afecto actuando con el mismo odio que repudiaban de cada sabatina. Odio, Rafael,

Qué chuchaqui...

De lo único que me antojaba anoche al salir del pequeño establecimiento era prenderme un cigarrillo, fumármelo en absoluto silencio. Oír la brasa  consumir lentamente el tabaco en la glacial noche quiteña. Procesar la intensidad, el enajenamiento de la realidad del cual había sido parte. Salía del teatro. Asistí a una producción llamada La Historia del Zoológico en la cual, no sé si el término es protagoniza o co-protagoniza el afamado Chunchi Zarumeño Mexicanizado. Quien en ocasiones anteriores fue participe de las líneas de este blog, y hoy, me compelo a titularizarlo por el más grande respeto y cariño que siento por él y el arte que siempre ha tenido a bien compartir conmigo. No no no, yo no soy crítico de teatro, tal vez, técnicamente algún sabido podría tener un criterio disparejo al mío. Guarden cuidado. No pretendo poner un rating a la obra o vender entradas. Pero imaginen un pequeño teatro, con demasiadas sillas y un escenario proporcional. La tensión se sentía de

La Guerra de los Egos

Páreme la mano... entonces lo que tenemos es:  Bucaram, feliz de haber participado su campaña se basó al final en denunciar cosas a sabiendas que no ganaba. Eh Sr. Bucaram, gracias por nada, dejará limpiando la basura que fue pegando en todas partes, gracias también por esos reggeatones atroces no hicieron más que contaminar.  Paquito Moncayo, no votará por ninguno de los candidatos que quedan. Esto si es una belleza ¿o no? un país dividido, razonamiento del Sr. Moncayo -no quiero, no quiero, no quiero, nadie me obliga, no no no y NO- Nos ahogamos en la orilla con usted y la izquierda democrática.  Cynthia, se van a juntar al Lasso pero no formarán parte del gobierno, pero tiene un bloque representativo en la asamblea, pero esta feliz de cumplir sueños y ser mamá gallina de todos los ecuatorianos pero sólo los que votaron por ella. Con todo respeto, quítese la sonrisa. Primero a mi la verdad me vale a la final por qué no pudieron llegar a un acuerdo con CREO, a mi y creo q