Un virus se vuelve incurable cuando la mitad +1 se infecta. Desde mi anterior entrada a hoy he visto el virus de la unidad contagiar poco a poco a los participantes de las manifestaciones. La gente se aleja de las tarimas donde voces procelitistas contaminan el ambiente, y marchan. Entonando barras, no en contra de un candidato sino a favor de lo que están clamando, un cambio. Otra forma de hacer las cosas.
Su norte son las bengalas que iluminan épicamente los rostros y los gritos dejan de ser de alguna campaña y poco a poco se escucha el unísono #Ecuador #Ecuador #Ecuador #Ecuador. Es contagioso, inevitable unirse.
No sé si lleguemos a una "pandemia" de unidad, pero poco a poco va creciendo y poco a poco va tomando identidad. Poco a poco en otros lugares del Ecuador a la misma hora sale a gritar a favor del cambio.
Estamos anunciando que ya no se trata de un voto, se trata de todos los votos, se trata de cada elección, cada ilegalidad que se ha llevado a acabo, olvídense de Alianza País, vamos por más. Eso se anuncia, o por lo menos así lo interpreto yo.
Quisiera no tener tintes políticos en este blog que tantas veces ha sido cómico o anecdótico, pero cómo están las cosas hay demasiado en juego para no gastarle tinta. Tampoco está bien no gastarle los gritos... mañana nos vemos otra vez en las calles.
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