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El Tata Bronquista

 

El viernes pasé todo el día en la casa, tomándolo con calma, oyendo musiquita, viendo alguna serie entretenida, en fin relajado. Como a las cuatro y media me empezaron a bombardear con llamadas que no conteste por que estaba tan distraído con las demás cosas que hacia que no me fije en las vibraciones continuas del celular. Cuando finalmente conteste una de las llamadas, obviamente era un amigo para hacer algo. Baje a Cumbaya hicimos tiempo en el parque de Pillagua hasta que empiece la fiesta y no ser los primeros en llegar a la fiesta de 6to curso ( nosotros nos graduamos hace ya dos años) mal visto seguir yendo a fiestas del colegio a estas alturas de la vida.

Pero como nos vale un huevo y no había nada mas que hacer como a las 10H30, hora prudente para llegar a una fiesta en Quito. Nos dirigimos a la casa dentro de la urbanización de Pillagua (el lugar más seguro del Distrito Metropolitano). En la puerta había un tumulto de chicos, nosotros obviamente no planeábamos entrar a menos que sea en alfombra roja. Llamamos a nuestros contactos dentro de la fiesta y nos hicieron entrar, o por lo menos trataron. El problema es que cada vez que abrían la puerta este grupo de pandilleros se abalanzaba hacia la misma tratando de entrar; explicado esto puedo continuar.  Nos llamaron a gritos y nos pidieron de la misma manera que no les dejemos entrar a estos muchachos malcriados que habían llegado sin invitación y buscando problemas. Como es de esperar con mi suerte yo deje pasar a toso mis amigos delante de mí para heroicamente aguantar a 15 muchachos que después descubrí que estaban armados y venían en serio.

Lograron entrar las 5 personas que iban delante de mi, pero cuando yo con los brazos aguante a todos, empezó a ponerse fea la situación. Me cerraron la puerta en la cara, para esto yo ya había agarrado a un par de estos de los pelos, la nariz, el cuello, la camisa, del cinturón los había insultado y lanzado hacia a tras sin considerar que yo tal vez no lograba entrar en el primer intento. Cuando vi la puerta cerrar delante de mi, se me cayo el alma al piso por que sentí todas las miradas puestas en mi nuca, esperando únicamente que me de la vuelta par romperme cada hueso que tenia. Por suerte no fue así, fue un poco menos grave que eso. Yo tenia una botella en la mano y estaba dispuesto a usarla como arma en el peor de los casos, pero cuando estaba a punto de darme la vuelta sentí en la cabeza un golpe seco, el golpe más duro que había sentido hasta ese día. Sentí en mis ojos una nube negra que tapaba mi vista y sin pensar mucho de un segundo a abrieron la puerta y me metieron a jalones casi sin consciencia.

Cuando entre en razón un par de segundos después lo primero que hice fue tocar mi cabeza  en el lugar exacto del ardor intenso, lo que vi en mis dedos me quito las ganas de seguir enfiestado y altanero como lo había estado hasta ese momento. Sangre brotaba de mi cabeza. Nunca me había roto la cabeza, no sabia que exactamente era lo que tenia que hacer, así que acudí a la única persona que “sabría” que hacer en esos casos. La Mama de la fiesta.

Después de cruzar un mar de gente bailando y tomando que me recibían con demasiadas preguntas para ese momento y viéndome así reaccionaban con ideas estúpidas de salir a golpear a la persona que me había lanzado la piedra; finalmente encontré a La Mama de la fiesta quien en vez de ayudarme me interrogo mas que la policía lo hiciera en ese momento. ¿Cómo le conoces a mi hija? –señora no le conozco a su hija, me dijeron que era fiesta de sexto y me invito el Juan dh-. ¿de que colegio eres, en que curso estas? –ya me gradué, del menor- ¿ y que haces aquí si ya eres graduado? –el Juan me dijo que era para recaudar fondos- ¿y que te paso, por que andabas con los muchachos pandilleros de afuera? –señora yo no andaba con ellos, ellos están tratando de entrar a su casa y gracias a mi  no entraron- ahí entendió que yo no había venido con el mismo plan de ellos, y me dio una servilleta de papel, y un  frasco de desinfectante de manos y me pregunto donde era el golpe, cuando le mostré donde fue en vez de tocar muy suavemente mi cabeza y ver que había pasado, me aplasto y me dijo –sientes algún vidrio- mientras lagrimas corrían por mis mejillas de esa presión le conteste que no, y me di cuenta que esa señora no tenia idea que hacer. Le agradecí por todo y me fui donde mis amigos haciendo presión en la herida.

Para todo esto habían llamado a un amigo que tiene un papa doctor, y le habían dicho que unos pandilleros me habían pegado y que necesitaba ir al hospital y no tenia como. Mi amigo que llamaremos ahora E,  llamo a algunos contactos que tiene el y vinieron al rescate. Cuando por fin logre salir de la fiesta sin ningún problema ya que los pandilleros se habían retirado E me llamo y me dijo “LOCO YA ESTAMOS LLEGANDO, TU QUEDATE QUIETO NO TE MUEVAS, VOY A ENTRAR CON LOS OTROS Y TE SACAMOS, TE METEMOS EN LE BALDE DE LA CAMIONETA Y NOS VAMOS AL HOSPITAL” naturalmente yo no entendida nada, yo ya estaba bien, había limpiado la herida y solo necesitaba saber si requería de puntos, pero yo dije que esperaría afuera y que me iría a su casa par que el Dr. E me revise.

Unos minutos después escuche dos carros que se acercaban en la calle paralela a la que yo estaba, esto carros se aproximaban haciendo chillar las llantas en las curvas de lo rápido que venían y cuando aparecieron en la curva era E y una camioneta mas de gente que habían venido a rescatarme. Cuando ellos llegaron estaba yo sentad en la vereda viéndolos con una cara de –que imbécil- y un amigo que se llama R que no pudo dejar de reír-

Resulta que el golpe me hizo un raspón en la cabeza pero mas fue el susto que el golpe. Espero que no se repita pronto  

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