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Cada dia más jodido el paseo

Cuando volví de buscar el sueño americano (el que no encontré ni de casualidad) me hice ideas de que los amigos recibirían a uno con los brazos abiertos. La verdad es que por más que trato de acostumbrarme a ellos no he podido. Herré al creer que eso era lo que quería. Fue una ficción. El unisono de la ciudad me vuelve mas apartado de lo que esperaba, y transforma mi depresión mental en realidad.
Cada vez más apartado de la coreografía monótona de los viernes, y solo espero que lleguen las tardes en las que no hago nada más que tomar un café con uno o dos acompañantes que saben cuando se ha caducado el momento. Cuando me tomo un traguito por ahí no me quiero embriagar prefiero no perder la motricidad, ser fluente en una conversión con sentido, fondo y forma.
Me deje alejar de los que estuvieron ahí en determinado momento y aparentemente ahora están envueltos en otros asuntos.
Como dijo un amigo, el Puma, "deje la droga" porque se chupaba minutos de mi vida, perdí demasiado de mi tiempo membretando gente en fotos (cuando podría ir a mostrarles, o mandarlas por correo electrónico), escribiendo en sus muros (cuando es mucho mas entretenido ir a visitarlos, llamarlos o enviar un mail), poniendo puntajes a mis amigos más cercanos de acuerdo con que tan amigos son (que chuchas, todos son amigos ninguno mejor que otro), gastando mi tiempo en juegos que mejoraban mi puntaje o decían que tenia el cerebro más grande que los demás, y por fin lo que más me impulso a hacerlo fue que en vez de leer un libro leía los comentarios que se habían publicando en los perfiles (¿para que?).
Decidí dedicarme enteramente a este ejercicio de escribir, y aunque se que no lo hago en su totalidad bien, tambien se que no lo hago tan mal.

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