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Entradas populares de este blog

La era del Ofendimiento

La verdad es que hablar de cosas como eso sin que alguien se ofenda, o me cuelgue de los pulgares a esta altura del siglo XXI es imposible. En estos tiempos donde todos son activistas activos fervientes de causas que si, o no les conciernen; no se puede tener una postura pública conservadora liberal izquierdo derechista sin, que la sobre estimulación informática mediática nos vuelva terrorista de alguna causa. Porque además no se puede ser tibio, la sociedad espera que protestemos posteando dando likes y compartiendo, virtualizando los espacios de debate y nos lancemos piedras informáticas. Tenemos que tener una postura, si señor. Tenemos que tener convicciones; pero sobre todo tenemos que tener las mas efusivas ganas de mantener la armonía y aceptar que no todos están obligados a pensar como nosotros. Debemos ser tolerantes y debemos aceptar que si tenemos posturas conservadoras; los todo-tolerantes pro-todo, van a ser los primeros en intolerarnos. Los openmind nos closeminding porque...

La Longomicina

Harán el favor de no ofenderse por el título, la longomicina es un remedio, una pócima mágica, un analgésico, es... bueno pues es como quien dice la vacuna de COVID criolla.  (Paréntesis - ¿vieron cuando sacan del cajón un esfero viejo y cuando escriben deja espacios vacíos porque no corre bien la tinta? Algo así me siento desempolvando este espacio de esparcimiento literario. Si encuentran espacios en blanco es por el esfero viejo) Volviendo al tema.  ¿Nunca les dijeron de chiquitos algo como -no te has de morir, es longomicina pura- haciendo referencia a que comieron algo en la calle o algo que se cayó al piso que tal vez les podría caer mal? Bueno les explico: la longomocina es el conjunto de defensas que el cuerpo humano genera por su sabia e infinita naturaleza. Solo las puede crear al exponerse -mesuradamente- a delicias de la calle, buses, un papihuevo, un agachadito, salir de la casa, ir al supermercado, tomar agua de la llave, en sí vivir. Pero sobre todísimo no desin...

Zona de Confort Zero

Cansado del vaivén de hordas de gente colmando bares y discotecas se retiró meditabundo a celebrar introvertido el fin de año en el campo. Con más de una cuestión que quería despejar de su mente se decidió por un pequeño pueblo montañés. El menos acontecido de mis amigos -pensaba yo- hasta que un día a mediados de enero me llamó a contar avergonzado esta anécdota. Mientras me la contaba iba subiendo en el escalafón de historias que alguna vez fueron inmortalizadas en este blog. Esta anécdota superaba sin ningún esfuerzo la vez que fui rescatado en ambulancia de nieve en las Montañas Rocosas, aplastaba como a una hormiga cuando hice vomitar a una pequeña niña con el putrefacto aire que emanaron mis entrañas; y, a mi criterio empataba con la vez que etílico el taxista entregaba rendido las llaves para que conduzca alguien más en media Vía Interoceánica. Mientras leen, no traten de ponerle cara al personaje, disfruten de esta gran aventura. Habiendo leído los mejores...