Son casi las 11, debemos hacer algo. No aguanto estar de vacaciones y desperdiciar el día en la casa. Después de cocinar con los escasos recursos que hay en la refri; una palta, unos huevos, y tostadas, no cuento la leche porque ya esta cortada. Me baño -cuidado Tata, veras que la ducha tiene maña, primero debes prender el agua asegurándote que no se vaya a salir por los lados, esperar que se caliente, apagarla, entrar y volver a prenderla. Cuidado te quemas- recordando los consejos ejecuto una maniobra de aseo personal impecable, no se ha regado agua afuera de la ducha ni me he quemado. Recojo mis cosas y salgo a las calles de Santiago.
Salgo a la izquierda, doblo a la derecha y hecho a andar sobre las avenidas. Simpre teniendo en mente los pequeños consejos del Tocho -no hagas esto... aquello debes hacer así... si te pierdes llámame al...- Me encuentro con uno tan novato como yo para surcar las calles de Santiago. Tomamos el metro, excurcionamos por sus historicas calles. Pramos en La Moneda con una pregunta para hacerles a los milicos, pero decidimos que no es el momento para entrar en discuciones. Cansados llegamos a la tarde de vuelta a la casa. Es reconfortante saber que aún cuando mi amigo no esta conmigo voy donde la prima y me reciben, un almuerzo guorme que siempre esta "on fire!", sin falta hay uno que queda de carecaca (y además pierde dos tarjetas de credito en una semana) empezamos a alimentar el nocturno placer del carrete. Acompañados cada vez con lo más elite en cuanto a las mujeres; consumimos una promo, dos y tres. Salimos caminamos, metro, camina, ríe, ríe, ríe.
Son las 5am, al borde de morir congelados nos detenemos para unas empanadas de pino en el Burger. Hacemos el recorrido dejando a cada una un su respectiva casa, finalmente en la nuestra. No logramos conciliar el sueño, y nos desvelamos conversando de las anécdotas creadas; no hay nada mejor que la gente que no te recibe en su casa, pero te invita a pasar a su hogar.
Gracias, verdaderamente.
Tata
Salgo a la izquierda, doblo a la derecha y hecho a andar sobre las avenidas. Simpre teniendo en mente los pequeños consejos del Tocho -no hagas esto... aquello debes hacer así... si te pierdes llámame al...- Me encuentro con uno tan novato como yo para surcar las calles de Santiago. Tomamos el metro, excurcionamos por sus historicas calles. Pramos en La Moneda con una pregunta para hacerles a los milicos, pero decidimos que no es el momento para entrar en discuciones. Cansados llegamos a la tarde de vuelta a la casa. Es reconfortante saber que aún cuando mi amigo no esta conmigo voy donde la prima y me reciben, un almuerzo guorme que siempre esta "on fire!", sin falta hay uno que queda de carecaca (y además pierde dos tarjetas de credito en una semana) empezamos a alimentar el nocturno placer del carrete. Acompañados cada vez con lo más elite en cuanto a las mujeres; consumimos una promo, dos y tres. Salimos caminamos, metro, camina, ríe, ríe, ríe.
Son las 5am, al borde de morir congelados nos detenemos para unas empanadas de pino en el Burger. Hacemos el recorrido dejando a cada una un su respectiva casa, finalmente en la nuestra. No logramos conciliar el sueño, y nos desvelamos conversando de las anécdotas creadas; no hay nada mejor que la gente que no te recibe en su casa, pero te invita a pasar a su hogar.
Gracias, verdaderamente.
Tata
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