Escribir en las paginas de un blog a veces no es fácil. Mientras escribes tratas de pensar en lo que pensara el lector al revisar las lineas, al asimilar tus ideas.
De un tiempo a esta parte han ocurrido cosas, algunas buenas, otras no tan buenas, otras malas. Pero no de las malas que no quieres que te pasen, sino de las malas que sabes que algún día tenían que pasar, tratas de tapar el sol con un dedo. Pero a la final la vida te da una bofetada que te da vuelta la cara y te deja lamiendo el asfalto.
Pensar en que algún día alguien no va a estar, va a faltar en las reuniones, no va a contestar el teléfono y tampoco contestara su grabadora. Vas a recordar a esa persona por las fotos que están pegadas en el armario, por las canciones que oías con esa persona, vas a tratar de olvidar las cosas que hicieron que alguna vez no quieras estar con ella, pero vas a recordar que después del enojo esa persona era más en tu vida. Más que un buen consejo, mas que la plata que alguna vez te presto para el taxi.
Ahora pienso que esa persona en mi vida cualquier momento va a dejar de estar físicamente, pero va a seguir en mi porque fue vértice, alguien que me ayudo a doblar tantas esquinas porque el las había doblado él alguna vez. Esa persona que podía recitar un poema de Robet Frost de memoria, solo me dejará, cuando se haya ido, un espacio vació lleno de recuerdos, amor y ternura.
Probablemente ninguno de ustedes conoció a esa persona y es obvio para mi ahora que no lo van a hacer, pero le dedico esta pequeña entrada, porque el me dedicó su vida sin saber que existía todavía.
Cuando se haya ido, entrare a su estudio vació donde se sentaba a leer o revisar números de alguna compañía que pedía su asesoría. Le pedí antes que se vaya que me regalara aquel viejo reloj que cuelga en su estudio y todos los meses le daba cuerda; pedí también que no se vaya, pero no debemos pedir cosas que otras no pueden cumplir. Tomare un vaso de J&B en su nombre frente a su vieja chimenea y lloraré.
De un tiempo a esta parte han ocurrido cosas, algunas buenas, otras no tan buenas, otras malas. Pero no de las malas que no quieres que te pasen, sino de las malas que sabes que algún día tenían que pasar, tratas de tapar el sol con un dedo. Pero a la final la vida te da una bofetada que te da vuelta la cara y te deja lamiendo el asfalto.
Pensar en que algún día alguien no va a estar, va a faltar en las reuniones, no va a contestar el teléfono y tampoco contestara su grabadora. Vas a recordar a esa persona por las fotos que están pegadas en el armario, por las canciones que oías con esa persona, vas a tratar de olvidar las cosas que hicieron que alguna vez no quieras estar con ella, pero vas a recordar que después del enojo esa persona era más en tu vida. Más que un buen consejo, mas que la plata que alguna vez te presto para el taxi.
Ahora pienso que esa persona en mi vida cualquier momento va a dejar de estar físicamente, pero va a seguir en mi porque fue vértice, alguien que me ayudo a doblar tantas esquinas porque el las había doblado él alguna vez. Esa persona que podía recitar un poema de Robet Frost de memoria, solo me dejará, cuando se haya ido, un espacio vació lleno de recuerdos, amor y ternura.
Probablemente ninguno de ustedes conoció a esa persona y es obvio para mi ahora que no lo van a hacer, pero le dedico esta pequeña entrada, porque el me dedicó su vida sin saber que existía todavía.
Cuando se haya ido, entrare a su estudio vació donde se sentaba a leer o revisar números de alguna compañía que pedía su asesoría. Le pedí antes que se vaya que me regalara aquel viejo reloj que cuelga en su estudio y todos los meses le daba cuerda; pedí también que no se vaya, pero no debemos pedir cosas que otras no pueden cumplir. Tomare un vaso de J&B en su nombre frente a su vieja chimenea y lloraré.
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