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Una Ambulancia para el Tata

Otro deleite para mis lectores.

La historia comienza cuando vine a visitar a mi hermana en Colorado donde vive ella felizmente con su esposo. Como son una pareja joven y activa decidieron llevarle de paseo a las montañas a practicar Snowboard. El primer día llegamos al complejo de Ski muy emocionados, yo en especial por ser la primera vez que voy a hacer estos deportes de nieve. El primer día decidimos ir a hacer Tubing que es, en el tubo de una llanta bajar la montaña a toda velocidad. Esto fue muy entretenido, no requería mayor esfuerzo mas que arrastrar la llanta de vuelta al carrusel que nos jalaba a la cima y volver a bajar disfrutando de la gravedad y dejar que la naturaleza haga lo suyo.

El segundo día fuimos lo mas temprano posible, me equiparon con todo aquello necesario para este deporte extremo y con un pequeño mapa en mano subimos a la parte mas alta de la ruta verde (la de principiantes intermedios). Me dieron un par de consejos, un instructivo rápido, y cuesta abajo fui. Los primeros 20 metros creo que deje mi rastro en toda la bajada, mi cara, mi posterior, las manos, en fin toda parte del cuerpo que aguantaría las caídas. Recién voy 20metros y empiezo a sentirme mareado, exhausto! Es entonces cuando se dan cuanta que la tabla por alguna razón no estaba bien para mi y que no podía curvar sino en una dirección. Me empiezan a dar calambres en las plantas de los pies y siento que el corazón se me va reventar o simplemente dejar de latir.

Cuando pude por fin ver el descanso, no pude seguir mas! Me saque la tabla y baje caminando unos 300 metros hasta llegar a la zona de abastos. Fue entonces que me desplome en la nieve y no pude volver a levantaría.

Mi hermana muy preocupada trataba de levantarme con cidra. Fue inútil. Al poco tiempo de estar ahí botado, vi que se acerca a mi un paramédico y me hace una serie de preguntas a las cuales respondí confundido y a punto de desmayar.

No eran ni las 11, y me bajaron la montaña en ambulancia, pero no las de la calle, sino las de nieve, com oxigeno y amarrado a un trineo-camilla, jalado por una moto de nieve y atendido por 2 paramédicos que tenían mas miedo que los demande a que mi estado de salud este en verdad mal.

Finalmente me dieron de alta y me mandaron a reposar. En la tarde volví a bajar la montaña en tabla, y no en camilla, sin novedades.

Espero poder contar más detalles en la mesa del rutinario cafe con los amigos para que puedan reír un poco.

Nos vemos en Quito.
Tata

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