El microsegundo que el cigarrillo se despego de mis dedos e iba por el aire girando, dentro de mí una pequeña voz me dijo lo siguiente -eres un imbécil, vas a incendiar el local- y en efecto, es cigarrillo fue directo al tacho de basura y no al cenicero. Regrese a ver a la hija de mi Capi, y sinceramente, verla reír me hizo olvidar que había un peligro, un peligro real. Mientras ella reía, el basurero empezaba a humear. Ella seguía riendo, yo en vez de correr, lanzar mi cafe en el basurero para apagarlo, sólo la miraba y no supe que hacer más que eso, mirarla.
Finalmente ella me dijo entre risas y carcajadas, que fuera por un vaso de agua . En ese momento reaccione y me dirigí muy casualmente -actuando como si yo no fuera el causante de que se incedie su lugar de trabajo- hacia el mostrador y le pedí al señor un vaso de agua, me lo negaron, porque tienen contados los vasos! Entonces gracias a esa respuesta tan infame, me resigne a dejar que la basura se incendie y me senté con ella a seguir en lo nuestro.
El sábado me lo tome con calma en la mañana, pero en la tarde, la historia es diferente. Acordé invitar a tomar helados a alguien que por ahora llamaremos la hija de mi Capi (jaja), quien dice sin temor a equivocarse que "one is people" y en verdad si es, ella es La Gente. Bueno el punto es que como habíamos acordado, nos encontramos en el lugar de los helados, ella en la heladería de una esquina, y yo en la heladería de más arriba. Hubo una falla de comunicación. Pero a la final los dos cedimos, y accedimos tomar yogurt demasiado dulce sabor a vainilla ella, y yo el más rutinario de los cafés. Ustedes se estarán preguntando ¿Que tiene de raro todo esto? Pues dejenme acabar. Después de acabar el cigarrillo que estaba fumando con los primeros sorbos de café, me di la vuelta para lanzarlo al cenicero, y lo aventé hacia uno de esos basureros que son basureros por debajo y, encima hay un cenicero.
Comentarios
pero me gusta jaja gracias tata!