Te escribo esta carta para confesar que tengo miedo. Tal vez por es no he escrito algo que valga la pena quemarse las cejas leyendo como en otras ocasiones. Tengo miedo, pero no de el que tiene los niños cuando creen que hay un monstruo debajo de la cama, ni el que tienen las mamas cuando los hijos están en los columpios. Esos miedos son pequeños. Tengo miedo de ese tan auténtico, como el que se sientiste la primera vez que subiste a una montaña rusa, estabas en la fila durante horas y cada paso más cerca del asiento que trasformará tu vida hace que tu corazón se acelere y adrenalina emborrache tus sentidos y te vuelvas inmune al dolor. Per al final cuando subes a esa montaña rusa, y sientes el cinturón de seguridad apretar tu pecho, el miedo se sustituye por ansiedad y los nervios por desesperación. Un sinfín de sentimientos tan efímeros como el miedo inicial cruzan tus células y se ciegan los unos a los otros, luchando por ser el sentimiento más fuerte. Todo se esfuma y finalmente al tocar de nuevo el pavimento con los pies, creciste, te superaste. Yo tengo miedo porque a la montaña rusa a la que me voy a subir, he estado haciendo fila desde hace 6 años; de esperar y esperar y desesperar y desilusionar. Finalmente estoy cera y puedo escuchar las ruedas de los carros frenar para dejarme subir. Ahora es mi tunro.
En 15 días más o menos me embarco en una travesía. Una que he esperado desde que supe que existía. Ahora que estoy a la vuelta de la esquina de empezar mi vida me apuré y decidí que si no la hago esta vez, no me tocara esperar 3 años, (que es la concurrencia con que se realiza) sino ta vez 6 años más porque mi vida habrá empezado y no podré pausar la inmensa bola de nieve solo por cumplir un sueño, por subir en una montaña rusa.
Ahora mi miedo es tan grande no solo porque no se como vaya a ser el viaje sino porque es una travesía tan demandante. Una que en mi mente me dirá muchas cosas sobre mi, sobre mi carácter. Me dirá cuan fuerte soy, cuan determinado soy, me dirá si todo lo que yo creo es un castillo de cartas o si en verdad construí mis simientes sobre rocas y no sobre arena. Si mis convicciones se las llevan las olas porque las escribieron con tinta de agua o si mis determinaciones arrasan con las tentaciones mundanas que tantas veces nos cambian de rumbo. Tengo miedo. Porque si este paseo se jode, en verdad se jode el paseo.
Por lo demás espero que estés bien.
Suerte y éxitos
Tata
Comentarios