Estimados lectores, me han llegado quejas y debo atender a las mismas. Me he encontrado ocupado en asuntos que antes no andaba ocupado nunca. Los he dejado huérfanos de las letras, las vitaminas que tanto ansían para sobrevivir el rutinario día a día que a todos nos pisa los talones. Aunque mi vida anda recontra acontecida, lo único que puedo decir es, me falta esa chispa que antes me mordía las posaderas. Ese picazón en la lengua que me rascaba escribiendo. Tal vez tenga que ver la ayuda psicológica que recibo a diario. Tal vez, solo tal vez sea una aprendiz de psicologa que ha tomado el lugar de Se Jodio el Paseo. Tal vez a la que tenga que reclamar no es a mi sino a ella.
Pero no hay excusas. Es culpa mía dejarlos así. Robarles el paraguas y después botarlos a la calle en este aguacero. He errado y reconozco aquello. Se Jodio el Paseo ha vuelto. Con distracciones, con ocupaciones, pero con obligaciones, una de ellas llenar las paginas que ustedes esperan leer. Contar, comentar y simplemente darles lo que tanto disfrutan leer, y yo disfruto escribir.
Proximamente... nuevas historias, nuevas anécdotas.
No te lo pierdas.
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