Ele ih!!!!... Lindo Quito de mi Vida, yo te canto con AMOR...
Hoy me ha entrado una nostalgia inconsolable. En mi memoria
el 28 de noviembre sonaba el primer trompetazo, el Monosabio caminaba parsimoniosamente
al centro del Coloso de Iñaquito, la Paza de Toros Quito, en mitad del ruedo hacia una venia y
salía el primero de los toros anunciando la mejor época del año en la capital
de los ecuatorianos.
Esta nostalgia no es, para quienes son antitaurinos, una oda a la
tauromaquia, sino a Quito (falta que le hace este año).
Generaciones quiteñas se criaron con el amor a la plaza sin ser
taurinos. Se criaron en un ambiente de fiesta inigualable, una fiesta que
amanecía el 28 de noviembre, no dormía hasta el 6 de diciembre, y sacaba de
cada quiteño un sentimiento incomparable de nacionalismo y quiteñismo. Digo sin
ser taurinos porque en mi caso, no me crie con la tradición taurina, sin
embargo, cada toro, cada pase, cada tercio, cada devoción al arte envolvía mi
ser con... mierda, con ganas de gritar a los cielos ¡Viva Quito!
Hoy 2 de diciembre, no he escuchado una chiva, ni un Viva Quito.
Es realmente triste que por falta de tolerancia no dejen a los quiteños
celebrar en su tradición a la capital. Me siento engañado. Pero lo que oscurece
mi nostalgia es saber que vienen generaciones de quiteños que no van a tener la
menor percepción de qué significan las Fiestas de Quito. Nos han despojado de
una parte de nuestra identidad, y no es la identidad española, es la identidad quiteña.
Donde cada quiteño, instruido en la tauromaquia o no, iba a la Plaza y en ella se hinchaba el pecho, gritaba, sonreía y se
jactaba de ser parte de una maravillosa ciudad.
Para quienes no lo vivieron, no hagan caso a quienes dicen que los
toros son una tradición española, esas personas no tiene la menor idea que en
el páramo ecuatoriano existen los Chagras, los arrieros, los ganaderos.
Personas que devotan su vida al arte. Digo arte porque si se puede llamar arte
a muchas cosas actuales, también se puede llamar arte a la forma de montar, de
enlazar a veta, de marcar, de rodear.
“Yo soy montador morocho
de los chucaros cerreros.
Por eso me llamo Chagra
¡Porque chagra soy primero¡”
¡Viva Quito carajo! Y no se les pase por alto a quienes lo
vivimos, contar a las generaciones venideras lo que significaban las Fiestas
de Quito. No se les olvide contar que existían las tunas, las modelos de Lark,
los borrachos puerta 9 fila 12, los pañuelos de oreja rabo y huevo, los contravereda, los aviones a metros de distancia, los que gritaban en media plaza, TOOOOOQUEN
TROMPUDOS…. Y más representativo los que después de mancharse la camisa blanca
con vino en bota gritaban
-¡Que Viiiiiiiiiiva Quito! Pero pero pero ¡Que
Viiiiiiiiva Quito!-
a lo que la Plaza contestaba en unísono
–¡QUE VIVA!
–Que chuuuuuuupe
Quito!
–QUE CHUPE-
¡HASTA DONDE!
¡HASTA LAS HUEVAS CARAJO!
PD:
Viva Quito de mis amores….
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