Nada, pero nada... como una buena fila. Y es que en mi lindo Ecuador las hay de todas las formas, la gente parada, sentada, arrimada o mi favorita, simplemente aglomerada a la buena de Dios, apegándose milimétricamente al compañero de al lado, de al frente, de abajo; y, así todos respirandose unos encima de otros, todos encima del que está más adelante. Agradezco que ayer, no fue esta mi situación, sin embargo, no dejó de ser tan incómoda y desagradable, digna de apilarse en las paginas de Se Jodió el Paseo.
La fila que me tocó ayer. Asistiendo a una de esas "Citas" de las embajadas, que lo único que significa es -venga a esta hora, pero igual llegue más temprano, párese en la calle, insólese y, como no, haga fila afuera hasta que los hagamos entrar como ganado-. Es que no encuentro otra manera de relatarlo sin ser despectivo, perdón, tan despectivo.
Llegué anticipándome a las circunstancias ¡media hora antes de la hora a la que me habían citado! Qué pendejo. Llegar tan solo media hora antes.
-Disculpe vengo a la cita, mire tengo este pape...- la muchedumbre interrumpe mi cordial interrogación gritando ¡PONGASE A LA FILA NO SE HAGA EL VIVO! - ¡TODOS ESTAMOS HACIENDO LA FILA! - ¡ACA ES LA FILA TODOS ESTAMOS CON CITA!-
(quién en la vida los trató tan mal a estos señores para que reaccionen así, fue mi primera reflexión)
¡Mil disculpas, mil disculpas! evidentemente me tocó caminar desde la puerta donde había preguntado ingenuamente, saludando con todos mis compañeros de fila hasta colocarme al final, informándome bien para no causar más roces con los filahabientes ¿usted esta a la fila? ¿es el último? además con ese tonito de serrano sobrecordial, esos que les piden un favor diciendo -¿disculpe le ruego, le puedo merecer un favor?- ese mismo, y que además la pregunta es necia, si no hay nadie detrás del señor, evidentemente es el último.
PERO NO, porque en el Ecuador, no falta el arrimado que llega a la fila, hace contacto con la persona de enfrente, LE PIDE QUE LE GUARDE EL PUESTO, y se va a volver. Ese mis queridísimos lectores fue el caso de mi fila el día de ayer.
Me tocó un -se fue a volver el señor de la fila- y tal fue así el se fue a volver, que llegó... si, el señor llego, con un encebollado. Comiendo en tarrina de esas de de plástico corrugado turquesa y tomando jugo en funda. El personaje, al igual que yo andaba en moto, pero él no se quitó ni el casco, ni la chompa, ni los guantes para hacer la fila mientras ingiere su nutricional tentempié. El señor se para bajo el sol de mediodía con todas sus armas a alimentarse en la fila en frente de mi ¡¡¡Ahhhhh!!! y además bravo, porque cuando volvió de su excursión para comprar comida me ve con esa cara de cobrador de bus sin sueltos y me dice -a mi el señor me estaba guardando el puesto- que para todo esto, era el penúltimo de la fila, así que estar atrás mío o del señor daba exactamente lo mismo.
Es que no, porque para quienes no se han percatado, en el Ecuador el puesto en la fila para la mayoría de las personas es en un activo intangible. Representa su lugar en el mundo. Evidentemente para mi amigo el Se Fue a Volver, era así. Estar en frente mío era lo más importante del mundo. Demostrarme que yo le tenia que ver la espalda durante el tiempo que dure la fila, pero yo como no es de mi agrado hacer filas, opté por la siguiente posición: parado sin arrimarme a la pared, de espaldas al sol con el casco y la chompa entre mis brazos cruzados, todos mis canales de comunicación cerrados al público.
Finalmente empezaron a atender al público y como podrá imaginar, la historia no termina con la fila de afuera, no señor, ahora pasaríamos a una sala de espera pero sin turnos... esta si es una de las mejores modalidades de filas que hay en el Ecuador. La gente va entrando coreográficamente en el orden que estaban afuera, toman asiento en el mismo orden y se entiende que nos van a atender en el mismo orden, no hay en mi cabeza donde perderse.
Recuerden que para mis coleguitas, es muy importante que los demás sepamos quien va primero y antes de quien y asi... razón por la cual cuando empiezan a pasar a las ventanillas, pasa la primera persona y la que estaba segunda decide poner la siguiente pauta: LEVANTARSE Y OCUPAR ÉL LA SILLA DONDE ESTABA EL PRIMERO, viendo esto, todas las personas empiezan moverse de silla en silla cada vez que atendían a alguien. Se dan cuenta que en lugar de respetar el orden en que entramos, era MÁS importante ocupar el puesto de la persona que estaba primera.
Cuando me tocaba levantarme, obviamente no quería me quede sentado, pero el señor que finalmente ocupó el espacio detrás mío afuera, me lanzó una mirada que me dió a entender que si no jugaba a las sillas con todos la iba a pasar mal.
Y así fue señores como obtuve el visado satisfactoriamente, ejercitando mis piernas levantándome cada vez que atendían a alguien para ocupar el espacio de mi derecha, y como máquina de escribir cuando pasamos a la fila de enfrente, caminar a la primera silla de la izquierda.
Pero a todo esto les ruego, no sean esas personas que llegan al banco, guardan el puesto y se van a llenar las papeletas de deposito, comer y volver cuando les toca, porque los haré perder el puesto.
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