Las intenciones de que este día sea un buen día, comienza ayer de noche. Tenia un examen hoy de mañana a las 8:00, y como es la ultima semana de clases, decidí hacer el último esfuerzo para que todo salga bien. Como siempre, las buenas intenciones tienen resultados desastrosos. Me dormí a las 12:00, buena hora para dormir, claro que no suman las 8 horas de sueño necesarias para descansar según los expertos, pero bueno las malas costumbres no nos permiten dormir antes. Cerré los libros, gruare todos menos un cuaderno (este cuaderno viene a ser parte de mi triste historia), puse la alarma a las 6:20 por que me gusta aplastar el botón del “snooze” par veces, y me fui a dormir.
Esta mañana es cuando se pone interesante la historia. 6:20 de la mañana empieza el reporte del tiempo en la radio, aplasto el “snooze”, vuelvo a dormir. 6:30 vuelve a sonar la radio, aplasto de nuevo el “snooze”. Naturalmente debería volver a sonar diez minutos después, pero no, no es así. La siguiente vez que abrí los ojos mire al despertador que marcaba las 8:16 en su pequeña pantalla. Me revolqué hasta llegar al filo de la cama (que en verdad es solo un colchón en el piso) y fui corriendo al baño. Como no había esperado que me llegue la sangre a la cabeza fui tambaleándome vertiginosamente, y tan vertiginoso fue que me estampe la cabeza contra el filo de la puerta. Pensaba dentro de mi –si me baño no llego al examen, pero si ya estoy tarde igual no voy a entrar- y ahí nació el dilema, ir sucio y dar el examen, o ir limpio y no dar el examen. Naturalmente con la iniciativa de antes fui a acabar la semana de clases con broche de oro y fui sucio (algo que nunca había hecho en mi vida, bañarse ,desayunar, y salir era la rutina de mi vida). Me vestí y salí.
Llegue a la puerta de la clase todavía con lagañas en los ojos, esto no me permitía dar alguna escusa entupida, era obvio que me quede dormido. Entre al salón de clase lo mas callado que pude pero al entrar algún “buen samaritano” puso el basurero a la entrada y me golpee contra el, haciendo un sonido que hizo que toda la clase se voltee a ver. Salude con la mano. El único asiento que había era al frente del escritorio del profesor. Deje mis cosa y me acerque a explicarle algo sobre como hice para llegar tarde, pero por suerte el hablo antes que yo –hola ¿tienes una nota de tu mama, de tu papa, de tu hermana?- Me agarro tan desprevenido que solo dije –…¿¿Qué??...- me dio el examen y me señalo su reloj como dejándome saber que no me iba a dar mas tiempo que el de la clase. Fui a mi escritorio y me senté a dar mi examen.
Rebusque mi maleta para sacar el formulario que nos piden que compremos para dar los exámenes. Ahora ¿recuerdan aquel cuaderno que NO metí en la maleta? Si ese mismo, ahí estaba el formulario. Sin pensar dos veces regrese a ver al profesor, el me miro a mi, rió. Siguió riendo hasta que toda la clase supera que yo había llegado tarde, y además no había llegado preparado para dar el examen. Cuando acabo de reír me pidió que respondiera en la hoja del examen, (algo que no es permitido). Bueno el caso es que todo esto se resuelve; yo hablo ingles perfectamente, pero en estas situaciones donde el mal entendido es por mi parte, mi ingles falla. Casi como un reflejo al salir de la clase agradecí y me disculpe en mi peor ingles, casi en español, y salí corriendo.
Ahora estoy acá tratando de ver a que rato se jodio el paseo. Pero a este paseíto de mi vida, por mas que busque no le encuentro el “rato”. Sin embargo todo se remonta a ser malo, por el simple hecho de que tuve la esperanza de que sea bueno. Cuando tienes expectativas altas, todo acaba por estar mas bajo. Cuando no piensas nada, solo vives día a día, las cosas pasan mal o bien, pero solo pasan.
Esta mañana es cuando se pone interesante la historia. 6:20 de la mañana empieza el reporte del tiempo en la radio, aplasto el “snooze”, vuelvo a dormir. 6:30 vuelve a sonar la radio, aplasto de nuevo el “snooze”. Naturalmente debería volver a sonar diez minutos después, pero no, no es así. La siguiente vez que abrí los ojos mire al despertador que marcaba las 8:16 en su pequeña pantalla. Me revolqué hasta llegar al filo de la cama (que en verdad es solo un colchón en el piso) y fui corriendo al baño. Como no había esperado que me llegue la sangre a la cabeza fui tambaleándome vertiginosamente, y tan vertiginoso fue que me estampe la cabeza contra el filo de la puerta. Pensaba dentro de mi –si me baño no llego al examen, pero si ya estoy tarde igual no voy a entrar- y ahí nació el dilema, ir sucio y dar el examen, o ir limpio y no dar el examen. Naturalmente con la iniciativa de antes fui a acabar la semana de clases con broche de oro y fui sucio (algo que nunca había hecho en mi vida, bañarse ,desayunar, y salir era la rutina de mi vida). Me vestí y salí.
Llegue a la puerta de la clase todavía con lagañas en los ojos, esto no me permitía dar alguna escusa entupida, era obvio que me quede dormido. Entre al salón de clase lo mas callado que pude pero al entrar algún “buen samaritano” puso el basurero a la entrada y me golpee contra el, haciendo un sonido que hizo que toda la clase se voltee a ver. Salude con la mano. El único asiento que había era al frente del escritorio del profesor. Deje mis cosa y me acerque a explicarle algo sobre como hice para llegar tarde, pero por suerte el hablo antes que yo –hola ¿tienes una nota de tu mama, de tu papa, de tu hermana?- Me agarro tan desprevenido que solo dije –…¿¿Qué??...- me dio el examen y me señalo su reloj como dejándome saber que no me iba a dar mas tiempo que el de la clase. Fui a mi escritorio y me senté a dar mi examen.
Rebusque mi maleta para sacar el formulario que nos piden que compremos para dar los exámenes. Ahora ¿recuerdan aquel cuaderno que NO metí en la maleta? Si ese mismo, ahí estaba el formulario. Sin pensar dos veces regrese a ver al profesor, el me miro a mi, rió. Siguió riendo hasta que toda la clase supera que yo había llegado tarde, y además no había llegado preparado para dar el examen. Cuando acabo de reír me pidió que respondiera en la hoja del examen, (algo que no es permitido). Bueno el caso es que todo esto se resuelve; yo hablo ingles perfectamente, pero en estas situaciones donde el mal entendido es por mi parte, mi ingles falla. Casi como un reflejo al salir de la clase agradecí y me disculpe en mi peor ingles, casi en español, y salí corriendo.
Ahora estoy acá tratando de ver a que rato se jodio el paseo. Pero a este paseíto de mi vida, por mas que busque no le encuentro el “rato”. Sin embargo todo se remonta a ser malo, por el simple hecho de que tuve la esperanza de que sea bueno. Cuando tienes expectativas altas, todo acaba por estar mas bajo. Cuando no piensas nada, solo vives día a día, las cosas pasan mal o bien, pero solo pasan.
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