Alguna vez, alguna. Se despertaron con insomnio y lo único que querían era alguien con quien hablar, desahogarse. A quien contarle, sin que te diga que hacer; tus angustias. Alguien que no de consejos, alguien que escuche y no juzgue. Alguien que los acepte y los aprecie.
Los ame y los reciba.
Alguien que sea su pañuelo sin secarles las despedida.
Su oido, su refugio su escapada.
Le debo diez mil entradas en este blog a este sujeto que tantas carcajadas me ha pintado. Un infallable, un intachable un... ¡que carajos! Un hermano.
Alguma vez, alguna... se preguntaron qué significa la amistad... pues sea los digo: es injuzgable, le fallas una vez, el te responde dos mil a uno.
El campo, las vacas, los caballos y las motos... los cuentos de hadas, y buscas pero no encuentras el significado de amistad, amigo.
Alguna vez, alguna, me pregunté... y la vida me respondió: Rafael
Felices 30, yo ya te cojo y el Egas ya mismo.
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