Ir al contenido principal

Inesperada Sorpresa

La gente muy comedidamente dice cuando algo les viene de sorpresa, "oh! Que inesperada sorpresa", ahora yo hago la siguiente reflexión sin creer que es gran cosa ni que invente el agua tibia. Si es esperada la sorpresa, digo yo, no es sorpresa.

Imaginen una fiesta SORPRESA de cumpleaños donde el cumpleañero al momento en que todo gritan sorpresa les dice ¡Yo me lo esperaba! ¡muchas gracias a todos por no sorprenderme!

O cuando alguien llega de viaje para sorprender a otra, y la otra al verlo le dice "que bien que llegaste, te estaba esperando"

Es una pequeña recesión, nada del otro mundo pero cuando les griten sorpresa, aunque se la vena venir o no, actúen sorprendidos y no digan que fue una sorpresa inesperada porque según entiendo todas las sorpresas son inesperadas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Divertido articulo pero me reservo el derecho a discrepar. Hay situaciones, y no pocas, en las que una sorpresa puede ser esperada. Uno espera un regalo de cumpleannos pero puede ser sorprendido por el contenido de este. El hecho de esperar una sorpresa no quita el efecto que esta pueda tener. Habiendo dicho esto, si creo que muchas veces se sobreutiliza la frase "inesperada sorpresa" por lo que felicitaciones por el articulo.

Sigue escribiendo Tata que no pocos somos los que esperamos con ansias tus articulos, a veces para reir otras para compartir tus disgustos, y otras tantas tan solo para matar el aburrimiento.

Entradas populares de este blog

Qué chuchaqui...

De lo único que me antojaba anoche al salir del pequeño establecimiento era prenderme un cigarrillo, fumármelo en absoluto silencio. Oír la brasa  consumir lentamente el tabaco en la glacial noche quiteña. Procesar la intensidad, el enajenamiento de la realidad del cual había sido parte. Salía del teatro. Asistí a una producción llamada La Historia del Zoológico en la cual, no sé si el término es protagoniza o co-protagoniza el afamado Chunchi Zarumeño Mexicanizado. Quien en ocasiones anteriores fue participe de las líneas de este blog, y hoy, me compelo a titularizarlo por el más grande respeto y cariño que siento por él y el arte que siempre ha tenido a bien compartir conmigo. No no no, yo no soy crítico de teatro, tal vez, técnicamente algún sabido podría tener un criterio disparejo al mío. Guarden cuidado. No pretendo poner un rating a la obra o vender entradas. Pero imaginen un pequeño teatro, con demasiadas sillas y un escenario proporcional. La tensión se sentí...

Los mal intencionados

Debemos entender que en las despotricantes cadenas sabatinas, dominicales, u otras al antojo único del Presidente Correa, cuando él insulta, menosprecia, disminuye, apoda, o critica a algún pobre ser de la oposición, no debemos tomar estas como lo que son, sino como lo que pretende el Presidente con las mismas, crítica constructiva. Para que las personas a las que se refiere el Presidente puedan mejorar, crecer, madurar, enaltecer su intelecto y no sentirse mal o insultados. En cambio cuando alguien menciona la forma en que el Presidente se corta las uñas, se debe tomar, naturalmente como una injuria grave, gravísima, ultra grave, grave cum laude! Y no se nos ocurra hablar de la forma desbocada en la que se gobierna, o se toma decisiones, nunca jamás debemos decir que es equivoco, errático, reactivo. Debemos tener paciencia porque los niños son así. Son torpes. Están tratando de meter el bloque en forma de cubo, en el agujero e...

Zona de Confort Zero

Cansado del vaivén de hordas de gente colmando bares y discotecas se retiró meditabundo a celebrar introvertido el fin de año en el campo. Con más de una cuestión que quería despejar de su mente se decidió por un pequeño pueblo montañés. El menos acontecido de mis amigos -pensaba yo- hasta que un día a mediados de enero me llamó a contar avergonzado esta anécdota. Mientras me la contaba iba subiendo en el escalafón de historias que alguna vez fueron inmortalizadas en este blog. Esta anécdota superaba sin ningún esfuerzo la vez que fui rescatado en ambulancia de nieve en las Montañas Rocosas, aplastaba como a una hormiga cuando hice vomitar a una pequeña niña con el putrefacto aire que emanaron mis entrañas; y, a mi criterio empataba con la vez que etílico el taxista entregaba rendido las llaves para que conduzca alguien más en media Vía Interoceánica. Mientras leen, no traten de ponerle cara al personaje, disfruten de esta gran aventura. Habiendo leído los mejores...